En el aula de 1 año, hemos conocido a nuestras familias más de cerca. Para ello, hemos creado un libro colectivo que se titula «Mi familia».
Durante los primeros años de vida, la familia (junto con la escuela) constituye uno de los ámbitos que más influye en el desarrollo cognitivo, personal, emocional y socio-afectivo de los niños y niñas.
Desde la escuela, queremos reflejar esa gran importancia que aportan los padres y madres en este proceso y es por ello que hemos querido que vosotros… ¡Seáis los protagonistas!
En la sesión de lenguaje hemos podido mostrar quienes eran cada miembro de nuestro núcleo familiar y… ¡Nos ha encantado poder compartirlo! Nos ha llenado de ilusión ver a papá, mamá, a algunos de nuestros hermanos y hermanas e incluso a algún familiar con cuatro patas.
Sara y su familia
La familia de Oier
Mateo y su familia
La familia de Voro
Vega y su familia
“Sembrad en los niños ideas buenas, aunque no las entiendan; los años se encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón.”
Durante los primeros años de vida, el cuerpo se convierte en una herramienta imprescindible para conocer y explorar el mundo que nos rodea.
Mediante él, los niños y niñas empiezan a comprender que son conscientes del movimiento que desean realizar y las acciones que pueden ejecutar por si solos. De esta forma empiezan a tener «consciencia de sí mismos». Esto hace referencia a la comprensión que se da en los niños y las niñas sobre las propias posibilidades de movimiento corporal, la cual empieza con la identificación de las partes del cuerpo.
El cuerpo y el movimiento de los niños ayuda a mejorar la atención, la memoria y la concentración. Así mismo, el desarrollo de la motricidad de los niños y niñas es un dominio importante que permite la adquisición, mejora continua y consolidación de competencias que permiten la obtención de nuevos aprendizajes. Entre estos aprendizajes destaca la comunicación y el lenguaje.
Para ello, la tradición oral toma un papel muy importante en este proceso ya incide en los nexos entre el juego, la palabra y la literatura en el aprendizaje infantil.
«El juego y la poesía están íntimamente ligados en la infancia. La poesía de tradición oral, toma la relación juego-rima y todos sus aspectos de puesta en escena reflejan la expresividad teatral a través del cuerpo.»
Ana Pelegrín
MISITO, GATITO
Misito, gatito.
¿Qué has comido?
Sopita de olla y agüita de río.
¡Sape, sape, sape!
¡Que te has peído, que te has peído!
Cada cual atiende a su juego
Ana Pelegrín
Eric y Mateo
ORELLA, ORELLA
Orella, orella,
jo ja t’ho deia.
Si no hagueres cregut,
no hauríes rebut!
Aserrín
Marta Badía
Eric
CALLE NUEVA
Calle nueva,
calle vieja.
Coge a este niño…
¡De sus orejas!
«Aserrín»
Marta Badia
Oier y Voro
ESTOS PIECECITOS
Estos piececitos
fueron a por navíos
a la vuelta de San Miguel
vino el hortelano
y… ¡Echaron a correr!
Aserrín
Marta Badía
Vega y Sara
QUE NO ES UN BOTONCITO
Que no es un botoncito,
que no es una nariz.
Ay que me la como…
¡Ay que me la comí!
Aserrín
Marta Badía
Mateo y Voro
RÁSCAME LA PANCINA
Ráscame la pancina,
dina, dina, dina.
Ráscame la pancina,
dina, dina.
¡No me la rasques más!
¡Tras, tras, tras!
Aserrín
Marta Badía
Oier
Tras ver los resultados finales de nuestro proyecto «Se llama cuerpo», os dejamos algunas fotografías más para poder mostraros lo divertido que ha sido para todos nosotros y nosotras. ¡Esperamos que os gusten!
Este miércoles en expresión corporal realizamos un taller de sombras.
Catalina trajo una gran variedad de objetos y materiales para poder jugar y experimentar con ellos (linternas, folios de diferentes colores y tamaños, pañuelos, etc).
Tras enfocarnos con la linterna, observamos la sombra de nuestro propio cuerpo, moviéndose y ejecutando los mismos movimientos que realizábamos al instante.
También descubrimos que con nuestras manos podemos crear siluetas de animales como pájaros, perros, mariposas y otros muchos más.
Hace unos días, apareció una caja de cartón en el aula pero no sabíamos exactamente por qué estaba allí, así que decimos dar rienda suelta a nuestra imaginación.
Jugamos mucho con ella. Nos metimos dentro como si fuera un gran armario; dimos golpes como si fuese un tambor; estuvimos pensando que era un gran coche; hasta en alguna ocasión tuvimos un poco de miedo por lo grande que era a nuestro lado. Pero finalmente… ¡Lo pasamos en grande!
