TERRARIO EXTRAORDINARIO

Jugando en la porchada, encontramos una serie de animales que eran bastante peculiares.

Debajo de las macetas hayamos unos bichitos de color gris que al tocarlos se hacían una bola, llamados cochinillas y muchas hormigas que eran bastante pequeñas. Con la ayuda de la lupa, pudimos verlas mejor, pasaron de ser chiquititas a ser mucho más grandes.

Pero no sólo encontramos animales debajo de las macetas… Dentro de la tierra, que estaba húmeda por la lluvia, encontramos caracolas y algunos ciempiés. Las caracolas se escondían dentro de su caparazón mientras que los ciempiés se hacían (al igual que las cochinillas) una bolita cuando intentábamos tocarlos.

Después de esta gran búsqueda de especies, decidimos que la mejor forma para poder observarlos y cuidarlos sería tener en el aula un terrario. Para ello, Tamara trajo uno de tamaño grande y pusimos dentro arena, piñas, palos y algunas plantas para que pudiesen estar bien cómodos y dentro de su hábitat.

Al introducirlos en él, los observamos minuciosamente con las lupas para ver algunas de sus características, y la verdad es que descubrimos muchas cosas que antes no sabíamos:

– El ciempiés tiene muuuuuuuuuuchos pies.

– Las caracolas son alargadas y llevan un caparazón a cuestas (como los caracoles) y sueltan un poco de baba al arrastrarse por el suelo.

-Las hormigas son muy fuertes ya que cogen cosas más grandes que ellas (vimos como levantaban una hoja y la llevaban a cuestas).

– Con las cochinillas hay que ir con cuidado, puesto que cuando se convierten en bola… ¡Salen rodando!

Ahora, tras este gran descubrimiento, somos nosotros los que tendremos que cuidar y alimentar a estos animales que hemos encontrado en nuestra porchada.

¡Nuestro terrario es EXTRAORDINARIO!

Alumnos/as de 2 años