A partir de los 2 años aproximadamente se empieza a adquirir la función simbólica, que da lugar al juego simbólico y a las habilidades de jugar a “como si” que evolucionan de forma muy compleja a lo largo de toda infancia.
El centro de la función simbólica es la metáfora, el poder darle a un objeto el significado que queramos en ese momento. Es la capacidad de desvincularse de la realidad para imaginar y dar cualquier representación a cualquier cosa: “Todo puede ser todo, porque el significado radica en el gesto y no el objeto”, decía Vigotsky.
Éste, es el súper poder del material no estructurado. Dejar espacio para todo, de manera libre y creativa.
«Piezas sueltas. El juego infinito de crear«
Priscila Vela y Mercedes Herrán
Entre ola y ola navego,
y barcos de papel despliego.
Alumnos/as de 1 año