Y es que cuando algo taaaaaaan apetitoso está a nuestro alcance, abrimos nuestros sentidos y nos dejamos llevar por las emociones, los impulsos…
Las preguntas revolotean por nuestras cabezas y surgen algunas dudas que intentamos resolver nosotros mismos mediante la experimentación, o incluso, preguntamos a nuestras maestras o iguales por si ellos tienen la respuesta idónea a nuestras cuestiones anteriores.
Pensamiento y lenguaje, empiezan a interactuar de forma conjunta con nuestros sentidos y es ahí, cuando empieza a florecer nuestro aprendizaje.
– Què és això Tamara?
Mateo A.
– Mira! Son maduixes i tomates! Nyam, nyam!
Voro A.
– ¡Es todo de color rojo!
Oier G.
– Tienen pepitas de color blanco.
Alejandro L.
– No me gusta… ¡Arggggggggg!
Sara D.
– La manzana es muy sana.
Julia G.
– ¡Rojo, rojo, rojo!
Victoria C.
– ¡Es un tomate!
Eric Ll.
Alumnos/as de 2 años